Casi 1.000 familias españolas recurren anualmente a la gestación subrogada o alquiler de vientres. Esta práctica, aunque prohibida en España, permite conseguir un bebé a medida al mismo precio que adquirir un coche de lujo.
¿Es lícito recurrir a estas técnicas para lograr descendencia? ¿Existen víctimas en este proceso? y, de haberlas, ¿quiénes son? ¿existen alternativas?
Partamos de que la Declaración Universal de los Derechos Humanos no recoge en ninguno de sus puntos nada parecido al derecho a tener hijos.
Jugando a ser un dios
Un “vientre de alquiler” es un recipiente con el que jugar a ser un dios. Mediante la mezcla de esperma y óvulos de distintos donantes se puede llegar a lograr un bebé con las características que más apetezca al “consumidor” (a elegir en catálogos), tenga o no nuestra carga de ADN.
Acuden a esta técnica parejas heterosexuales que no pueden tener hijos y no quieren adoptar, parejas homosexuales que biológicamente no podrían tener hijos comunes, y famosos adinerados que hacen gala de su individualidad.
¿No aparece rodeado este proceso de alquimia de un halo de egoísmo? ¿No sería más lógico adoptar, y así reducir el número de niños nacidos que carecen de familia? ¿Y canalizar los cerca de 100.000 abortos anuales existentes en España hacia esas parejas con “necesidad” y que tanto “sufren” por no poder tener hijos?
Parece que aquí el que menos importa es el bebé objeto de la transacción. Pesa mucho más el interés de la pareja solicitante, de la donante del vientre y de la empresa que se lucra y mercantiliza el proceso.
Los efectos secundarios
Los clientes de estos servicios hacen oídos sordos a los efectos secundarios que se producen, desde problemas emocionales que le pueden sobrevenir a la donante, hasta el derecho del niño a conocer sus orígenes.
Nada importa en aras de satisfacer el capricho del famoso rico de turno o la “ansiedad” de la pareja infértil.
Es frecuente que los niños de vientre de alquiler quieran conocer a sus padres, saber sus orígenes, ser conscientes de sus raíces. Esto suele causar graves problemas emocionales.
También ocurre que las “madres recipiente” se arrepienten y no cumplen el contrato que mercantiliza el acto, ya que el vínculo emocional supera al vínculo mercantil.
La “Feria de Ganado”
En la actualidad, como si de ferias de ganado se tratara, se celebran ferias de alquiler de vientres. Aun estando esta práctica prohibida en España, no lo está su comercialización. Es como si está prohibido el consumo de drogas pero hubiera ferias para facilitar su comercialización. Qué no será para que asociaciones feministas lo equiparen a la prostitución.
Al entrar en una de estas ferias, encuentras distintos “puestos” donde te ofrecen el más diverso equipamiento para tu “nueva adquisición”, desde el color de ojos, la etnia o el grupo sanguíneo del donante, hasta la posibilidad de que “todo quede en familia” para no “desvirtuar” la carga de ADN. Un catálogo muy completo.
A unos periodistas que se hicieron pasar por pareja gay, les hicieron la propuesta de que compraran gemelos con genética 100% de ellos. Cada uno aportaría su esperma para fecundar un óvulo de la hermana del otro. Imaginad las celebraciones familiares con los gemelos intentando aclararse sobre quien es su “padre-madre”, “tía-madre”,”tío-padre”…
La casuística es de lo más diversa. Hay países que no permiten al “vientre” cobrar dinero, como Canadá, y países en los que no se permite “jugar” a los homosexuales, como Rusia. Estados Unidos sería el más permisivo dentro de la seguridad jurídica y la “calidad”. Se genera así otro tipo de turismo, el “turismo reproductivo”.
Y en España…
En España no es posible «producir bebés» por este método, de momento. No obstante, además de los partidos políticos que por su carga de progresía sabemos que lo aprobarían, tenemos alguno que debía amparar al votante conservador y, sin embargo, está tratando de impulsar su legalización.
Las posiciones de este último partido ex-conservador respecto al aborto, su impulso de la ideología de género y el buenismo general imperante, debiera crear graves problemas de conciencia al votante conservador y coherente a la hora de decidir su voto. El elector cristiano está siendo expulsado de la opción que antes defendía sus valores. Afortunadamente ya tiene una opción que los representa… aunque a esta opción la llamen “populista”…
En este vídeo podemos ver hasta que punto el egoísmo y la falta de responsabilidad convierten a los «consumidores» en traficantes de vidas humanas.
Qué terrible resulta traficar de esta forma con vidas humanas… Es impresionante la desinformación que tenemos y la información errónea que se nos transmite y creemos sin intención siquiera de contrarrestar. Es interesante poder ver, como en el vídeo, algunas de las tremendas consecuencias y casuística que se producen para que tomemos conciencia de la barbarie. Gracias por hacernos reflexionar
Natalia
Un post de menos de 1000 palabras se queda muy corto para según qué temas, pero al menos nos puede dar pié para ampliar informacióno, al menos, para que no nos engañen.
Beso.
Gracias Anton por tus reflexiones. Es muy triste a que grado de crueldad y egoísmo somos capaces de llegar los hombres cuando nos olvidamos de Dios y prima únicamente el capricho humana. Ojala este escritos nos despierte la conciencia de defender la dignidad de la vida humana. Un abrazo y oraciones
Tiene razón P.Borja. Cuando nos olvidamos de Dios y nos centramos en nosotros mismos como centro aflora el egoísmo. Un abrazo.
Hola soy veronica y estoy dispuesta a alquilar mi vientre sin ningun prolema ya lo e echo y fue todo muy bien
Me alegro,por ti, Verónica. No creo que nadie desee ningún mal a las mujeres que alquilen su vientre ni a los niños concebidos. Pero eso no es suficiente para que se legitime el acto por las razones explicadas. Como tampoco se legitima un robo porque salga sobre ruedas o un asesinato porque no descubran al autor. En algunos países se es libre para hacerlo legalmente, no en España, afortunadamente, de momento.
Saludos.