Una radical coherencia

El plan para adormecer conciencias y conseguir cambiar la sociedad es tan sublime, que apenas nos damos cuenta de cómo nos está transformando. Maquiavelo señalaba en «El Príncipe»: «Es mejor ser temido que amado, puesto que los hombres aman según su voluntad, y temen según la voluntad del príncipe». El miedo esclaviza.

En el paraíso del pensamiento único, existen solamente dos opciones para posicionarse:

  1. Pensar como estipula el nuevo orden mundial, absorbiendo ávidamente su propaganda.
  2. Ser librepensador, lo que te convierte, según este mismo NOM, en un radical.

No caben estados intermedios. O estás con los mesías del pensamiento único -adalides del nuevo orden mundial-  o eres un apestado ultra que ha osado discrepar de los postulados impuestos por la ONU y el lobby “transformador”. Pretenden “alumbrar” una nueva sociedad a su imagen y semejanza. Continuar leyendo «Una radical coherencia»