Poliamor. Otro ataque a la Familia.

El cambio conceptual que el nuevo orden mundial pretende en la sociedad no tiene límites. Continuamente «inventan» nuevas formas de «familia» y relaciones que van calando sin hacer ruido, y que transforman nuestro modo de vida de una manera radical.

Nunca perdemos la capacidad de sorprendernos. Cuando creemos que ya hemos visto la mayoría de las locuras accesibles al ser humano, comprobamos que éstas no tienen límite. Últimamente parece que se ha abierto la caja de pandora y que “los individuos e individuas” compiten por ver quienes serán capaces de decir la mayor barbaridad, de proponer la mayor necedad, de atacar de manera más efectiva el bastión de los valores, de dinamitar la estructura que sustenta el humanismo cristiano.

Poliamor: Un canto a la promiscuidad

Cuando hablamos de poliamor no estamos hablando de una donación sin límites, de querer el bien del otro por encima incluso del propio, o de un AMOR generoso como el que existe en una familia entre padres, hijos, hermanos, sino de abrir la veda a la posibilidad de intercambiar fluidos con múltiples parejas de manera consensuada. Lo que en mi tierra se conoce como “cornudo consentido” (o cornuda, no me vayan a llamar  machista)

Al incluir esta construcción (Poliamor) la palabra “amor”, podríamos pensar que el resultado no debe ser malo. Sin embargo, cuando se pervierten las palabras (y esa es una de las especialidades del marxismo cultural) los resultados pueden ser funestos, pues persiguen la muerte sin dolor de muchos valores que van implícitos en la naturaleza del hombre (como especie) contemporáneo

Según los seguidores de esta tendencia surgida en Estados Unidos en los años 60,  el poliamor se basa en la capacidad de “enamorarse” de varias personas a la vez, sosteniendo varias relaciones paralelas o en “comunidad” de manera consensuada. Incluye este tipo de relación abierta la posibilidad (condición necesaria diría yo) de mantener relaciones sexuales con otras “parejas” conocidas, permitidas y aceptadas por el resto de amantes del “equipo”.

Sostienen que al estar todo consensuado, no caben los celos ni las infidelidades, ya que “el contrato” recoge la aceptación por parte de los participantes de las reglas y normas establecidas.

Realmente se cambia un contrato monógamo que exige exclusividad, donación y compromiso, por otro (no tiene por qué estar escrito) que permite una promiscuidad sexual “ordenada” mediante unas normas que son conocidas y aceptadas por los miembros del clan.

Logrando visibilidad

Como ocurrió con el movimiento gay hace unas décadas, los poliamorosos centran sus esfuerzos en lograr visibilidad, ya que es una “tendencia” que aún no está bien vista en la sociedad.

Dicen que el 5% de la población estadounidense está inmersa en algún tipo de relación amorosa no monógama, aunque visto lo visto, no sé si se incluirán aquí las relaciones de zoofilia, pedofilia y demás perversiones…como dije nunca dejamos de sorprendernos.

¿Serán los próximos pasos conseguir un marco legal que ampare las relaciones poliamosorosas y las comunas? ¿Y por qué no incluir a las mascotas (ahora llamados “animales de familia”)?

Poligamia y poliandria

No debemos confundir el poliamor con la poligamia o la poliandria, permitidas y aceptadas por algunas sociedades y religiones. Estas últimas consisten en la relación conocida y aceptada de un hombre con varias mujeres (poligamia)s, o una mujer con varios hombres (poliandria), bajo el mismo espacio de convivencia.

El poliamor no requiere compartir el mismo espacio, únicamente destierra la exclusividad en la relación. Aunque algunas (nótese que digo algunas y no algunos, porque el poliamor es un asunto feminista al perseguir sacudirse el “heteropatriarcado dominante”) activistas de este movimiento dicen que el sexo no es fundamental. No creo que cuando hablen de poliamor se refieran a un convento de monjas, a una ONG o a una comunidad parroquial.

En cualquier caso no toda la documentación que he consultado define de igual forma el poliamor, aunque el nexo común es su aversión a la monogamia, a la exclusividad y al compromiso.

Es un ”todos contra todos” en construcción, donde caben tantas variantes -según Amor Libre Argentina-  como anarquía relacional, poliamor jerárquico, redes afectivas, compañeros sexoafectivos, triejas, parejas abiertas…que no hacen más que reflejar el vacío espiritual del hombre de hoy y la banalización de la afectividad. Un ataque más al concepto tradicional de Familia.

El poliamor es reflejo del vacío espiritual del hombre contemporáneo, y supone un nuevo ataque al concepto tradicional de FAMILIA

Dicen que el hombre es polígamo por naturaleza y, obviando que tenemos la capacidad de razonar y que es esto y nuestra espiritualidad lo que nos distingue de las bestias, es posible que tengan razón. De todas maneras te animo a que le preguntes a tu marido, mujer, novia, novio o pareja en general, qué le parecería ser cornud@ consentid@. A lo mejor te sorprende.

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