MENAS al cuartel!!

Los menores no acompañados invaden España empujados por sus familias de origen. Rara vez proceden de países en conflicto y es otra forma de invasión silenciosa impulsada por motivos económicos. Sin haber terminado la escolaridad obligatoria no hacen esfuerzos por integrarse, lo que es fuente continua de problemas ante el choque de culturas.

Se estima que en España hay más de 12.000 MENAS (Menores No Acompañados), cifra que esconde un sinfín de problemas. Problemas de difícil solución mientras se aborden en clave electoralista y cegados por ese buenismo de salón del que hacen gala la progresía y ultraizquierda españolas.

El statu quo actual no es inamovible. Para resolver determinados problemas, muchas veces, hay que dar la vuelta a todo como un calcetín, sobre todo si se comprueba que la estructura utilizada no funciona. Se requiere apertura de mente, voluntad y flexibilidad, aptitudes no muy comunes  en este momento.

Situación actual

El fenómeno MENA no ha hecho sino crecer a un ritmo vertiginoso en los últimos años. Situación bastante lógica si tenemos en cuenta que es un colectivo al que se le reconoce múltiples derechos, pero al que no se le exige el cumplimiento de obligaciones.

Más del 75% son marroquíes, en su inmensa mayoría varones, que vienen huyendo del reclutamiento para el servicio militar obligatorio en Marruecos, del paro y de un sistema más represivo que el occidental. A menudo, son los mismos familiares quienes pagan los viajes a las mafias para intentar procurar a sus hijos un futuro más fácil, y la posibilidad de optar luego a una  reagrupación. De hecho mantienen una relación periódica con ellos.

Son plenamente conscientes que las posibilidades de devolución son escasas. Saben que pueden no dar sus nombres y que, en cualquier caso, Marruecos dilatará hasta la eternidad la expatriación.

Qué estamos haciendo…

La permeabilidad fronteriza es la génesis del problema pero, una vez aquí, debemos articular soluciones que minimicen la problemática originada. Y la problemática se agrava porque los MENAs conflictivos, a los que la ley no considera irregulares, son delincuentes en potencia.

Las competencias para su atención y supuesta integración recaen en las Comunidades Autónomas, cuando la invasión de nuestro territorio es una cuestión nacional. La gestión de estas está resultando nefasta. Para empezar solo el 21% de estos menores tienen número de identificación extranjero (NIE), y sin este documento (las administraciones tienen 9 meses para tramitarlo) no es posible su integración y control. Al cumplir 18 años pasan a ser irregulares y deben abandonar los pisos y centros de acogida.

Llegado este momento, algunas Comunidades les dan “una paguita” para que estén apuntados en cursos de formación. Incluso así, sigue creciendo el número de extutelados que deambulan por las calles o edificios ocupados, lo que denota el fracaso de las medidas adoptadas.

Los centros de acogida resultan meras paradas para comer caliente y a veces, dormir. Sin las medidas disciplinarias básicas que necesitan los adolescentes, no es posible impedir que muchos de estos menores se desplacen de una Comunidad Autónoma a otra (incluso a otros países), se dediquen a delinquir (robos, violaciones grupales…) o simplemente a rampar por las calles. Los educadores se ven desbordados y desamparados ante las amenazas y agresiones que sufren por parte de estos MENAS, integrados ya en mafias y pandillas.

En lugar de moldear a los jóvenes adolescentes para que se hagan individuos útiles a la sociedad de sus países de origen, estos centros son caldo de cultivo de delincuentes comunes, cuando no de violadores en manada.

…y qué podríamos hacer

La inexistencia de normas adecuadas y la falta de disciplina que les haga cumplir con ellas es lo que nos lleva a esta situación de menores descontrolados. ¿Qué pasaría si  las familias españolas dejaran a sus hijos menores gobernarse sin reglas ni horarios, sin obligaciones?

Una vez violentada la frontera, y ante las dificultades de repatriación, se les han de imponer una serie de deberes de formación y disciplina de obligado cumplimiento, para controlados y desincentivar que sigan llegando.

Para ello los centros de menores, tal y como están concebidos, no sirven para nada. Generan un clima de tremenda inseguridad en los barrios donde están instalados. Entonces, ¿qué hacer para evitar el comportamiento anárquico de estos MENAs? ¿Cómo evitar que expriman en su beneficio las leyes y el sistema de protección, que conocen perfectamente?

MENAs al cuartel!!

Antes, en España, la mayoría de jóvenes tenían que pasar  por un período en el que el ejército forjaba caracteres y enseñaba que nada se consigue sin esfuerzo. Probablemente, a pesar de lo que ha cambiado el cuento según los  mismos militares, en centros tutelados por el ejército no se producirían los amotinamientos, incumplimientos y agresiones que se producen en muchos centros de acogida por parte de los menores más conflictivos.  Menores estos que arrastran a los demás en esta invasión silenciosa.

Recentralizar este tema  y dotar al ejército de presupuesto para convertir a estos adolescentes conflictivos en individuos sociables,  desincentivaría la movilidad, combatiría la conflictividad que atemoriza y rompe la armonía de barrios enteros y acabaría con la pesadilla de muchos orientadores sociales víctimas de agresiones.

Deporte e instrucción, asimilación de la Constitución e historia de España, idioma, urbanidad, horarios, orden, disciplina…en una palabra INTEGRACIÓN.

A la mayoría de edad, una vez finalizado el período de formación, devolverlos a sus países de origen para que contribuyan al desarrollo de su propio pueblo, y ofrecer la nacionalidad a los mejores. Claro que esto no cuadraría con los planes que el Nuevo Orden Mundial tiene para occidente.

Otra solución sería que los acogiera la  histérica podemita Teresa Rodríguez… aunque supongo que ya tendrá acogidos tres o cuatro en su casa, a tenor de este vídeo en el que Santiago Abascal se lo apunta gentilmente.

2 opiniones en “MENAS al cuartel!!”

  1. Muy bueno el comentario Antón aunque un poco utópico. No conozco el estado actual del ejército bien, pero tengo mis dudas de que posea la capacidad de poner a tantos MENAs a hacer la instrucción. No solo por falta de recursos, sino sobre todo porque la progresía montaría un “pollo” cada vez que un mando, oficial o suboficial aplicase a alguno de ellos medidas disciplinarias. Haría falta previamente un suficiente consenso que respaldase a los mandos para ponerlo en práctica, aparte de habilitar los recursos. Ojalá fuera posible. Yo, de momento, voto a los que lo podrían hacer posible, o sea a Vox; pero no somos suficientes (aún).

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