España y la Leyenda Negra

¿Qué gobierno establecerá en sus planes de estudio una asignatura obligatoria sobre la historia de España, nuestra historia??

Si alguien nos relata historias de nuestra familia,  dedicadas a  despreciar la honestidad de los personajes que componen el recorrido histórico de nuestra estirpe, probablemente nos indignemos primero y nos preocupemos de contrastar la veracidad después. Una vez informados de nuestra realidad, nos habremos cargado de razones para rebatir opiniones tendenciosas que traten de poner en duda la honorabilidad de nuestros antepasados.

Sin embargo, esto no nos pasa con la historia de nuestra nación. La indolencia evitará que salgamos de nuestra zona de confort y pensaremos que son otros los que deben salir en defensa de nuestra trayectoria histórica.

«Cuando juramos bandera nos comprometemos a defender a España en cualquier situación y ante cualquier ataque, respondiendo física o intelectualmente ante bulos tendenciosos y leyendas absurdas»

En el siglo XXI  los enemigos de España saben qué borrando la historia de España, borran las raíces que nos mantienen firme el orgullo de pertenencia. Eliminan los vínculos históricos y las grandes gestas conseguidas por un pueblo que ha escrito las páginas más brillantes de la historia universal y sin cuyas aportaciones no habría sido posible el progreso que hoy conocemos.

Anteriormente, los protestantes encarnados en anglosajones, holandeses y alemanes, se encargaron de escribir y propagar una historia de injurias y falsedades para ensombrecer la grandeza de su más incómodo enemigo: el catolicismo.

Y los franceses y su eterna disputa con España…

Del protestantismo al indigenismo, siempre los mismos actores.

En el siglo XVI se desata en Europa la Reforma Protestante encarnada en Lutero (cuyas ideas antisemitas inspiraron a Hitler) y Calvino. La opulencia de las altas esferas de la Iglesia de la época desató la corriente protestante que mantenía que el hombre se salvaría por la Fe, independientemente de sus actos. Esto rebajaba la exigencia del catolicismo y lo convertía en su mayor enemigo. Y con él al Imperio Español, máximo exponente del pensamiento católico con su expansión por el Nuevo Mundo.

Lutero, apoyado por la imprenta, se erige como principal exponente de la propaganda política, y difunde la versión de la historia que más conviene a sus intereses. Tomaron buena nota las izquierdas contemporáneas globalistas para rescribir y adaptar los acontecimientos, de manera que tape los crímenes de su ideología totalitaria y relativista.

Con todo esto, esa Europa protestante y “civilizada” señala a las Españas y al catolicismo como contrincante a batir, y se olvida de su origen pirata, esclavista y genocida, a saber:

*  la Inglaterra de Isabel I y sus piratas Drake –al que nombró caballero de su “graciosa majestad”- y Hawkins; la Inglaterra que exprimió la India e hizo morir de hambre a más de 15 millones de indios; la que llegó a Australia y perpetró el genocidio de Tasmania por no considerar a los aborígenes australianos seres humanos sino monos…

* la Holanda que saqueó Indonesia y se hizo rica con el comercio de esclavos…

* la Alemania de Lutero (germen de la Reforma y la Leyenda Negra) que masacró a 150.000 campesinos alemanes, o la del general Von Trotha que aniquiló a 30.000 nómadas africanos durante el período colonial africano…o más reciente la Alemania de Hitler…

* los puritanos calvinistas del “Mayflower” que emigraron al hoy EEUU y cuya política era “El mejor indio es el indio muerto” –lo que les llevó incluso a repartir mantas infectadas de viruela entre los indígenas-…

… e infinidad de lamentables ejemplos más que descubren las vergüenzas de estas naciones que se dedican a levantar su propia versión de la historia para tapar sus crímenes genocidas y señalar al Imperio español.

Y en la Iberosfera actualmente, el indigenismo representa la peor concentración de ideología genocida socialcomunista de raíces soviéticas y de propaganda antiespañola, especializada en desvirtuar la Historia para adecuarla a sus perversos fines.

Y así, políticos zurdos de Cuba, Venezuela, Bolivia, Perú, Brasil, México…se asocian sin rubor con los pérfidos negrolegendarios para distorsionar la más grande gesta que vieron los tiempos: el descubrimiento y culturización de América.

Del dominador antropófago al descubridor ilustrado.

La afición de los aztecas por la carne humana los convirtió en el estado más genocida de la historia y, junto con el salvaje y totalitario dominio inca, justifica por si solo la conquista y poblamiento de América. Pero es justo reconocer que fueron las tribus oprimidas por éstos, capitaneados por valientes libertadores como Hernán Cortés en México o Pizarro en el Perú, quienes hicieron posible el poblamiento y transformación de unos territorios primitivos en sociedades alumbradas por la cultura y religión occidentales.

España transformó el infierno antropófago americano, gobernado por teocracias sanguinarias, en una tierra llena de hospitales, escuelas, iglesias universidades…donde se transmitían los conocimientos y el “modus vivendi” de la primera potencia mundial del momento, tanto militar como cultural; y lo hizo en nombre, no de un afán expoliador, sino evangelizador.

Es verdad que toda conquista militar implica cierto grado de violencia y que entre los que fueron a buscar fortuna a América habría desalmados    -en menor proporción seguro que entre los inmigrantes irregulares que invaden Europa-, pero fue la reina Isabel la Católica el primer gobernante en dictar leyes en defensa de los indios y en favorecer el mestizaje, porque no dudó en considerarlos hijos de Dios.

Los Tercios, la Inquisición…

La conquista de América no ha sido el único punto reseñable que han utilizado los enemigos de España para atacarnos.

Inspirado en las legiones romanas, Carlos I de España y V de Alemania crea en 1534 el primer ejército moderno y profesional: los Tercios.

Compuesto por piqueros, arcabuceros y mosqueteros que acudían voluntariamente a alistarse, no por dinero sino por prestigio, los Tercios era un lugar donde florecían valores como el honor, el deber y el sacrificio. Movidos por una severa disciplina se convirtieron en el bastión del Imperio y en objetivo preferente de los negrolegendarios.

Se regía por normas muy estrictas que castigaba con la muerte a quien violara a una mujer, con días de prisión a quien blasfemara (podía incluso condenar a galeras) o con largos períodos sin sueldo a quienes se emborracharan (llegando en algunos casos al destierro).

Y qué decir de la Inquisición, ese “cuerpo jurídico” que surgió en Francia (no en España) en 1.184 para investigar herejes y evitar falsas denuncias con las que el pueblo dirimía cuentas pendientes.

Mientras en la Europa protestante y “civilizada” se quemaban brujas, en España los presos blasfemaban para ir a las prisiones de la Inquisición, mucho más humanitarias que las de presos comunes. La Inquisición española era una especie de cuerpo de funcionarios al que se accedía por meritocracia y demostrando tener amplios conocimientos jurídicos. Todo esto se recoge en mi entrada “La verdad de la Inquisición Española”.

Podemos concluir que España no tiene nada por lo que pedir perdón en lo relativo a los actos que nos atribuye la leyenda negra; antes bien, son los países protestantes los que deben pedirnos perdón por la sarta de bulos y mentiras (ampliamente contrastadas) que inventaron para desacreditar nuestra gloriosa historia y defenestrar al mundo hispano. Y algún político debería hacérselo saber a esta Europa de postureo y dispendio burócrata. Así que espero que vayan teniendo claro que NO PEDIREMOS PERDÓN.

Os dejo una canción de Iberian Wolves cuya letra hace un breve recorrido histórico por nuestra historia.

 

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