El valor de tener criterio

¿Qué modelo de sociedad queremos? ¿Sabemos qué pretendemos en Educación, Sanidad, Defensa…? ¿Vamos por delante y proponemos o nos adherimos a propuestas ajenas aunque no se ajusten a nuestras demandas? ¿Tenemos criterio?

El capital social de una comunidad se mide por su nivel intelectual. Así, las sociedades más avanzadas son aquellas en las que sus integrantes están más formados, leen más, se preocupan por estar al tanto de la actualidad, dedican tiempo a proveerse de argumentos válidos para sostener opiniones, definen sus criterios, renuncian a mantras y argumentos prefabricados.

¿Nos dejamos llevar?

Afortunadamente hoy, en muchos colegios, buscan desarrollar en sus alumnos la capacidad de analizar hechos. Los ayudan así a elaborar una opinión fundamentada, atendiendo a aquellas razones más importantes para cada uno. Buscan educar jóvenes activos, autónomos y con criterios propios, que sepan analizar cada cuestión y sacar sus propias conclusiones. Desarrollar la capacidad crítica de la juventud es uno de los pilares sobre los que se debe fundamentar una evolución social sana. Tratar de incrementar el capital social es añadir valor.

La mejor forma de liberarnos de la manipulación es desarrollando opiniones bien construidas. La alternativa es dejarnos llevar por lo que nos digan y convertirnos en autómatas.

Es bueno que nos preguntemos: ¿cuales son mis criterios?, ¿existen en mi escala de valores criterios excluyentes, esto es, criterios que necesariamente se han de cumplir para que le dé validez a una acción, a una idea, a una propuesta, o me conformo con que se cumplan ciertos criterios “convenientes”? ¿Soy exigente o me vale cualquier cosa siempre que suponga no salir de mi zona de confort?

Algunos ejemplos de criterios

En relación a los temas que nos acompañan día a día, me gustaría proponer, a modo de ejemplo, algunas pautas de regeneración que, a mi juicio, podrían servir de punto de partida para establecer nuestros propios criterios.

Regeneración en Educación

La educación de los jóvenes actuales determinará la conformación social del día de mañana. Lo que ahora sembremos es lo que recogeremos después.

No debe ser admisible nada que posibilite el adoctrinamiento y la educación “dirigida”, en la que se transforma a los jóvenes en meros individuos al servicio de un fin subjetivo. Tenemos que buscar una sociedad compuesta por individuos con capacidad crítica.

Para ello, creo indispensable la libre elección de centro por parte de los padres. El tema económico se solventaría mediante el cheque escolar. Cada alumno tendría el suyo y cubriría el coste básico de enseñanza en centros públicos, o una parte del coste en un centro privado si los padres eligen este tipo de centro para la educación de sus hijos. Esto, además de conseguir que todos nos beneficiemos de nuestros impuestos para cubrir este capítulo, fomentaría la sana competencia entre centros para conseguir atraer a los mejores alumnos.

Regeneración Social

Personalmente creo en el matrimonio tradicional, basado en la complementariedad entre hombre y mujer, y que ha demostrado ser el ámbito ideal para educar y fortalecer la sociedad. Toca protegerlo y fomentarlo, sin que ello implique, necesariamente, discriminar otras formas de unión en temas jurídicos.

Tenemos que luchar contra la sequedad de nacimientos que ha causado esta crisis demográfica. Esto implica desbaratar en España el plan de la ONU, consistente en fomentar el aborto para hacer sitio a los excedentes de población de otras naciones, a fin de que actúen como mano de obra barata. Hay que acabar, sin paliativos, con este genocidio legalizado de seres humanos no-natos.

No acepto la imposición legal de la ideología de género, y me opondré a las presiones de las instituciones públicas para favorecer a minorías por su orientación sexual. Reclamaré el mismo trato, sea cual sea la orientación sexual, y exijo la neutralidad del Estado en esta materia y el acatamiento de la Ley Natural.

Regeneración del marco constitucional y electoral

No es admisible que partidos nacionalistas, que suponen entre todos menos del 10% de la población, tengan chantajeada a través de los sucesivos gobiernos de cualquier signo al 90% restante. Debe haber una modificación de la Ley Electoral que impida a estos partidos convertirse en llave de decisiones que atañen a toda la nación.

Habría que plantearse, además, que estos partidos nacionalistas, regionales, concurran únicamente a elecciones Autonómicas y Locales, y tuvieran que integrarse en otros mayores para concurrir a las Generales. Si no hay proyecto para toda España no deben participar en unas Elecciones Generales.

Una persona un voto. Hoy no es igual el número de votos necesarios para conseguir escaño en unas provincias y en otras. Todos los escaños deben «costar» el mismo número de votos, procedan de donde procedan. Conseguir una representatividad más realista.

Acabar con los aforamientos que sirven de escudo a muchos políticos para cometer irregularidades impunemente, como han hecho en otros países del entorno europeo.

Una eventual reforma constitucional no puede ser llevada a cabo por políticos en activo con intereses partidistas, pues eso asegurará que se apliquen criterios en pos de conseguir cuotas de poder. Debe ser un Consejo de Estado, juristas y personas con demostrada neutralidad y sentido de Bien Común.

Regeneración Económica y Fiscal

Para disminuir impuestos es fundamental racionalizar el gasto público, priorizando las coberturas que aseguren la dignidad de los más desfavorecidos y eliminando partidas suntuarias de carácter político.

Hay que adaptar la maquinaria de la Administración a la dimensión necesaria, recuperando competencias que se han cedido a las Comunidades Autónomas y que se han destapado como fuente de conflicto y desigualdad entre los españoles, como son Educación y Sanidad.

A la vez hay que eliminar el carácter confiscatorio de muchos impuestos que gravan hasta límites delictivos al contribuyente y aumentan la desigualdad entre españoles. Carecen de sentido los impuestos sobre el Patrimonio o el de Sucesiones y Donaciones.

Unos tributos justos disminuyen el fraude y favorecen la actividad económica, incrementando de este modo la recaudación y la solidaridad.

Es necesario fomentar PYMES y facilitar la labor de los autónomos disminuyendo burocracia y cargas fiscales. Suponen la mayoría de nuestro tejido productivo.

Otros

Para no alargar el post, cito otros ejemplos de regeneración en los que podríamos asentar nuestros criterios, como la separación real de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), el cumplimiento íntegro y real de condenas para delitos graves, o el fomento de un espíritu nacional que asegure la unidad de España ante las agresiones separatistas.

En definitiva, tenemos la oportunidad y la obligación moral de formar nuestra opinión, al margen de la variabilidad de modas o siglas, cuyas motivaciones, por lo general, no tienen por qué coincidir con las nuestras.

2 opiniones en “El valor de tener criterio”

  1. Muy buen post. Pero me temo que en gran parte de los asuntos caminamos más bien en sentido opuesto. Por eso cobra enorme importancia el ejemplo de vida hacia los demás, el trato uno a uno, que es el que realmente cambia las personas, y sobre todo no vivir encerrado en el propio entorno, cómo si de fortaleza inexpugnable se tratara, pues muchas personas de criterio aportan muy poco o casi nada a la sociedad.

    1. Gracias Manuel. Tienes razón, tenemos que implicarnos y no esperar que los demás nos resuelvan las cosas. Mi hijo me dijo el otro día que aceptar el mal, aunque sea el mal menor, es no querer salir de la mediocridad. Un abrazo.

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