Desempleo y autoestima.Depende de ti.

El período de desempleo es un tiempo propicio para desarrollar valores humanos que teníamos infrautilizados: paciencia, templanza, valentía, sobriedad… En un país en el que solo 4 de cada 100 desempleados son capaces de cambiar de residencia para abordar nuevos proyectos, se debe imponer un cambio de hábitos que nos ayude a abandonar nuestra zona de confort.

Cuando alguien queda desempleado, sea por la razón que sea, suele experimentar una serie de sensaciones que responden al mismo patrón.

Salir de un trabajo por cuenta ajena crea una sensación de inseguridad personal que suele tardar en manifestarse varios meses si es la primera vez que el profesional  queda desempleado, y algún tiempo más si ya  tiene experiencia previa.

 Al principio, el desempleado, no acaba de darse cuenta de su situación. Navega durante un par de meses por una situación nueva, convenciéndose que debe tomar una nueva perspectiva, descansar, “abrir la mente” y dar un  nuevo y revitalizado enfoque a su carrera profesional.

La situación se empieza a complicar si pasado este tiempo de análisis y reflexiones, no aparecen oportunidades acordes con las expectativas del profesional. Cuando esto sucede y pasa el tiempo aparece el desánimo, que se convierte en crónico si el profesional no es capaz de encontrar su  nuevo espacio, de darse una auténtica cura de humildad y aceptar que los proyectos no manan con la misma facilidad que cuando se estaba inmerso en el mercado laboral, empleado.

Este desánimo, una vez convertido en crónico, lleva al profesional a dudar de su capacidad, a culparse por haber perdido su anterior empleo, a preguntarse por qué le tuvo que tocar a él. Mina su concepto de capacidad profesional, castiga su autoestima y puede desembocar en depresiones y otras consecuencias no deseables como muertes prematuras, suicidios…

Sin llegar a esos extremos, en la mayoría de los casos aparece una alta irritabilidad, una exasperante suspicacia fruto de los continuos procesos de frustración. Aparecen, como consecuencia de todo esto, los problemas de relación con familiares y amigos, problemas que se agravan con el paso del tiempo de desempleo.

Si el período de desempleo se alarga aparece el temor ante lo incierto del futuro. Cuando el tiempo pasa cada día cae como una losa recordando al profesional que sus capacidades se oxidan y que la competencia se hace cada vez más dura.

 El tiempo es un bien escaso y no susceptible de usos alternativos.

Pongámonos en marcha…

Afortunadamente todas estas sensaciones se pueden contrarrestar hasta hacerlas desaparecer. Estando ocupado al profesional no le queda tiempo para lamentarse.Los proyectos, laborales o no, aún no siendo retribuidos monetariamente, absorben la atención del profesional, lo enriquecen y lo ayudan a establecer un nuevo orden de prioridades, transforma sus criterios de valoración. En definitiva, el profesional se ha de mantener activo.

El desempleo no tiene por qué suponer paro… dependerá de la capacidad de cada persona para mantenerse activa en otro tipo de actividades.

…recuperemos la ilusión…

Se ha de procurar mantener siempre viva la esperanza de encontrar un  nuevo empleo, mantener encendida la llama de la ilusión profesional. Es necesario haber realizado una análisis exhaustivo sobre qué queremos hacer para qué estamos mejor formados, por qué queremos dedicarnos a  un sector o a un puesto determinado; muchas veces descubriremos que hemos estado desarrollándonos en algo que no era realmente lo que nos gustaba. Encontramos en esta crisis una verdadera oportunidad de cambio que no nos hubiéramos planteado de no estar obligados.

Si entramos en el plano personal, ¡ qué oportunidad para estar con los nuestros!! El tiempo pasa y las oportunidades perdidas no se nos vuelven a ofrecer. ¿Cuándo tendremos otra oportunidad de estar tanto tiempo con nuestra esposa e hijos, con nuestros amigos, de hacer nuevas relaciones a las que poder aportar parte de nuestra experiencia y conocimiento?

Otro aspecto a señalar es que se nos brinda la oportunidad de mejorar como personas. Comprometernos con obras sociales, parroquiales, ONG…etc, nos hará descubrir una nueva dimensión que el frenético día a día de nuestra anterior actividad laboral nos impedía ver.

Ilusión y esperanza son dos pilares sobre los que asentar la gestión de un período de desempleo.

…y reafirmemos nuestra individualidad.

Tenemos que preocuparnos de nuestra carrera profesional en términos absolutos, sin compararla con la de otros. Nuestro motor ha de ser superarnos día a día, no superar a los demás. Eso es lo verdaderamente noble. Liberarnos de la esclavitud que supone la constante comparación de nuestro estatus con el del resto. Aceptar que somos como somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos y sobre todo, con nuestras propias circunstancias y  potencialidades.

Y en cuanto a lamentarnos por nuestra situación, ¿por qué trasladar nuestro problema a los demás? Evidentemente hemos de comunicar nuestra situación ya que si no hay constancia del problema, difícilmente podrán ayudarnos, pero con concreción, abnegación y entereza. Si no somos capaces de aceptar y enfrentar los problemas ¿Qué imagen damos a  posibles empleadores o socios?

Perseverar en nuestro empeño de búsqueda de empleo y ocupación debe ser una constante. Tenemos que afrontar la búsqueda de empleo o de autoempleo sin prisas pero sin pausas. La constancia abordando proyectos razonables, persiguiendo objetivos alcanzables, siempre acaba dando fruto. Requiere superar los momentos de debilidad que surgirán irremediablemente.

Aprovechemos el tiempo para seguir formándonos…

En situaciones normales no solemos ser conscientes de lo que no sabemos, de lo que nos falta para mejorar, no nos da tiempo a ver más allá de los conocimientos que necesitamos para desarrollar “bien” nuestra labor. En etapas de desempleo debemos ser capaces de encontrar qué temas son deficitarios en nuestra formación e intentar poner remedio.

Este es un buen momento para abordar el aprendizaje de ese idioma que nos hubiese venido bien dominar de cara a algunas ofertas laborales, esos programas informáticos que potencian nuestra capacidad de comunicación y nos diferencian o, por qué no, ese curso intensivo de primeros auxilios que nos faculta para ser más útil a los demás.

Magnífica ocasión para fijar los conocimientos adquiridos durante nuestra carrera universitaria, nuestro curso de posgrado, o simplemente durante los cursos internos que nos impartieron en empresas donde estuvimos trabajando.

Será importante de cara a una entrevista de trabajo demostrar nuestra vinculación e interés por los temas relacionados con  nuestra profesión, estar al día de las últimas tendencias, las novedades de mercado, los nuevos riesgos y oportunidades. Asistir a conferencias y seminarios donde pueden surgir oportunidades, ambientes donde podemos aportar y donde podemos demostrar nuestro interés y valía.

Suerte es lo que sucede cuando la preparación y la oportunidad se encuentran y se fusionan (Voltaire)

…asumiendo el control de nuestra vida…

Esta etapa es una gran oportunidad para liberarnos de tópicos que nos esclavizan, para intentar controlar en lo posible los acontecimientos que tendrán lugar en nuestra carrera.

Muchos de estos acontecimientos únicamente nos permitirán sentar las bases para que se desarrollen según nuestra conveniencia; a partir de ahí y debido a la proliferación de factores exógenos, puede que las cosas no salgan como hubiésemos deseado. Estos acontecimientos no controlables afectan en un  10%  a nuestro estado de ánimo; el 90% restante va a depender de nuestra actitud ante estos inconvenientes.

Seamos dueños de nuestro estado de ánimo, canalicemos nuestra preocupación y energía hacia algo efectivo.

…perseverando en nuestros nuevos objetivos.

El desaliento no puede formar parte del proceso, debemos mostrar fortaleza desterrar el pesimismo cuando este nos aborde.

Buscar trabajo debe ser nuestra principal ocupación.

Conocer la dificultad de esta ocupación (buscar trabajo), nos debe ayudar a mantener la calma ante los reveses de la búsqueda. Nuestro problema tiene fecha de caducidad con toda seguridad, a pesar de los  numerosos factores que inciden de manera directa en la duración del mismo ( competencia, marcha de la economía, existencia de proyectos en nuestra plaza…).

Relativizar el problema y convertirlo en oportunidad, intentar descubrir las cosas importantes que nuestra ocupación anterior nos tenía ocultas y cambiar nuestros criterios de valoración y orden de prioridades, determinará el grado del éxito de la gestión del período de desempleo…y por supuesto, valorar el autoempleo.

** Si crees que puede ayudar a alguien no dejes de compartirlo en tus redes sociales.

 

3 opiniones en “Desempleo y autoestima.Depende de ti.”

  1. Todos conocemos a familiares o amigos maravillosos y actualmente estan sin trabajo por distintas razones. Por lo mismo te agradezco de corazon que hayas dedicado Anton tu tiempo y experiencia para proponer soluciones a corto y mediano plazo. Ahora lo reenviare para que siga dando esperanza a muchas personas. Dios te bendiga siempre. P Borja LC

  2. Totalmente de acuerdo con cada línea, es dificil levantarte cada dia y revisar las paginas de busqueda de empleo o redes sociales para ello sin tener respuesta alguna, creyendo que al dia siguiente sonará el teléfono para Tu entrevista, pero esa llamada no llega y aun asi, tienes que volver a postular, aplicar, presentarte y solicitar una nueva oportunidad. Y ademas, trabajar el ánimo para que cuando llegue esa oportunidad, mostrar tu mejor cara, como si acabaras de empezar a buscar trabajo y no 12 meses. Pero esto lo hace la Esperanza, la que nunca debe perderse, y a la que debemos agarrarnos para seguir con cada repetido día, y no dejar de perseguir ese Gran día. Sigo pensando y sé que llegará. Comparto este articulo. Un saludo

    1. Decía mi profesora de Inversión & Financiación, Reyes Calderón, (hoy escritora de éxito) que el tiempo es un bien escaso y no susceptible de usos alternativos. Esta máxima he procurado tenerla siempre presente. El no tener empleo no nos condena a estar parados…siempre hay cosas que hacer. Aunque es ciertamente difícil e ingrata la búsqueda de empleo, estar ocupados nos evita problemas mentales. Es fundamental encontrar una ocupación que nos mantenga la autoestima en su sitio. Saludos.

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